¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

TSUNESABURO MAKIGUCHI. VIDA DE UN REVOLUCIONARIO QUE DEDICO SU VIDA A LA FELICIDAD DE SUS ESTUDIANTES. UN BUDISTA CONSAGRADO. Publicado en el Living Buddhism, Agosto de 2000.

Temas desarrollados: Introducción. El legado de Makiguchi. Los primeros años de la vida de Makiguchi y su entorno. el telón de fondo del nacionalismo. La geografía de la vida y la idea de la ciudadanía mundial. En el salón de clases. Características de las ideas de Makiguchi y del sistema pedagógico para la creación de valores. El encuentro de Makiguchi con el budismo. La Soka Kyoiku Gakkai. Arresto y muerte en prisión. Referencias.

Nota adicional para una más amplia comprensión: Instrucciones del imperio, sobre la enseñanza.

INTRODUCCIÓN

   Cuando, el 18 de noviembre de 1930, Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda publicaron el primer volumen del Soka Kyoiku Taikei (Sistema pedagógico para la creación de valores), el nombre Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Pedagógica para la Creación de Valores) fue usado oficialmente por primera vez, como editorial dedicada a la pedagogía. (Todai Hokekyo, 49) 

   Fue asì como surgió la organización, aunque en esta etapa era sólo nominal.

   Hacia 1941 la sociedad promulgaba una reforma religiosa y educativa y contaba con una amplia base de tres mil miembros. (Todai Hokekyo, 56) 

   Hacia fines de la Segunda Guerra Mundial Makiguchi había fallecido y la organización, de nuevo, era nominal. Sólo contaba con Josei Toda.  Encendido por la feroz determinación de hacer realidad los ideales y la visión de su mentor, Toda comenzó el trabajo de reconstruir la organización, a la cual dio el nuevo nombre de Soka Gakkai. 

   Para el momento de su muerte en 1958, Toda había construido una organización que crecía con vibrante energía con una membresía de más de setecientas cincuenta mil familias. Su sucesor, Daisaku Ikeda, expandió el alcance de las actividades de la  organización a los campos de la cultura, la educación y la defensa de la paz, mientras que, al mismo tiempo, le dio a éstas una dimensión internacional. En el presente, hay miembros activos de la Soka Gakkai Internacional (SGI) en 163 países y territorios del mundo entero.

   Los miembros de la Soka Gakkai han designado el 18 de noviembre de 1930 como la fecha de la fundación de la organización, y por ello, la del inicio de las actividades del movimiento. De igual modo, ven las ideas y la vida de Tsunesaburo Makiguchi como fuente de inspiración, como el ejemplo de un dedicado educador, un reformador social y un budista consagrado. 

   Por todo ello, para comprender el desarrollo posterior de la Soka Gakkai en el Japón y de la SGI en el mundo entero, resulta esencial el entendimiento de la visión filosófica de Makiguchi.  

   Dos años antes de la publicación de la Pedagogía, en 1928, ocurrieron otros dos importantes eventos.

   Primero, Makiguchi fue transferido de su puesto en la Escuela Primaria en Shirogane a la Escuela Primaria Niibori, una escuela que iba a ser cerrada al año siguiente. (Todai Hokekyo, 26)  De este modo, Makiguchi, cuyas relaciones con las autoridades educativas habían sido siempre tensas fue, en efecto, separado de la arena educativa.       

   El año 1928 también fue el año en el que Makiguchi, impresionado por su encuentro con Sokei Mitani, decidió abrazar el budismo de Nichiren. (Todai Hokekyo, 42-43)  

   Visto en retrospectiva, aunque Makiguchi debe haber considerado su violento retiro como un evento amargamente desafortunado, este período de su vida representó también el momento para cambios decisivos, así como el inicio de la verdadera cristalización de sus ideas acerca de una enorme reforma social. 


EL LEGADO DE MAKIGUCHI

   Uno de los aspectos claves de la interpretación del budismo de la Soka Gakkai se encuentra en esta orientación secular y pragmática.  El movimiento invita a sus practicantes a comprometerse plenamente con su realidad diaria, recalcando que el propósito de la práctica budista es desarrollar la sabiduría, la compasión, la energía y el coraje que les permite responsabilizarse plena y creativamente con los cambios y las oportunidades de la vida diaria.  Promueve la perspectiva de que, en lugar de ser un escape transcendental de la realidad, el reto de vivir está en el desarrollo del tipo de carácter y fortaleza personal que permite la transformación de la realidad.  Huellas de estas ideas pueden ser encontradas en la propia filosofía de la creación de valor desarrollada por Makiguchi, la cual dio forma a su captación de la filosofía y la práctica religiosa budistas. 

   Desde esta perspectiva, resulta esclarecedor explorar la sinergia existente entre el desarrollo del pensamiento de Makiguchi, su encuentro y su acercamiento con el budismo de Nichiren, y el subsecuente desarrollo de la filosofía reformista que él creó.

   Mucho antes de su conversión al budismo, Makiguchi tenía un fuerte compromiso con reformas educativas y sociales orientadas a restaurar el foco de los esfuerzos, hacia la felicidad de los propios individuos vivientes, y no hacia el estado o hacia otra autoridad u objetivo abstracto.  El liderazgo de la Soka Gakkai ha aseverado constantemente que la interpretación de Makiguchi acerca las enseñanzas de Nichiren dentro de esta orientación secular representan un retorno a su espíritu y objetivo originales de desarrollar el poder inherente del ser humano y de transformar la sociedad.

   Ellos han sido especialmente francos al declarar las extraordinarias contribuciones de la Soka Gakkai para dar un nuevo vigor al budismo de Nichiren y una relevancia en el mundo moderno luego de la decisiva separación de la organización con el clero de la Nichiren Shoshu en 1991.


LOS PRIMEROS AÑOS DE LA VIDA DE MAKIGUCHI Y SU ENTORNO

   Makiguchi nació el 6 de junio de 1871 en una pequeña y empobrecida villa de la aislada prefectura de Niigata ubicada en el Mar de Japón.  El nombre de su villa, Arahama (“playa desolada”) sugiere la dureza del entorno en el que transcurrió su infancia. (Bethel, 1973: 26)  Según las fotografías que existen de Makiguchi, tal vez lo que más resalta de su aspecto físico es su recia compostura. Quienes lo conocieron, sin embargo, lo han descrito como un hombre cálido y de buen corazón.  Es probable que las dificultades y los sufrimientos que experimentó desde su juventud, así como su prolongada relación con los menos afortunados de la sociedad japonesa, hayan dado forma en él a estas dos cualidades.

   Abandonado por su padre a los tres años de edad, fue llevado a vivir con un tío. La pobreza de su familia adoptiva, y la necesidad de trabajar para ayudarlos a subsistir, lo forzaron a abandonar los estudios al terminar la escuela elemental. 

   A los catorce años de edad Makiguchi se marchó solo para Hokkaido, una región fronteriza del Japón en aquella época.  Hokkaido era un centro del pensamiento progresivo en el Japón del momento. Muchos de los pensadores más abiertos y más orientados hacia lo internacional, entre ellos el pacifista cristiano Kanzo Uchimura (1861-1930) e Inazo Nitobe (1862-1932), quien sirvió como subsecretario general de la Liga de Naciones entre 1920-27, surgieron de esa región.  De igual modo, el pensamiento de Makiguchi lleva el sello de la mentalidad abierta y fronteriza de Hokkaido, un contraste fuerte y, con frecuencia, conflictivo con el nacionalismo cada vez más restrictivo que llegó a predominar en el Japón en los inicios del Siglo XX. (Yamashita, 148-157).  

   En Hokkaido, Makiguchi encontró trabajo como mensajero en el departamento de policía de la localidad e intentó continuar sus estudios. Reconociendo sus talentos, sus compañeros de trabajo recolectaron el suficiente dinero que le permitió ingresar a la Escuela Normal de Hokkaido, una institución universitaria para la formación de maestros.  A pesar de la falta de educación intermedia, Makiguchi se graduó en 1893 a los veintiún años de edad, y le fue ofrecida una posición en la escuela primaria anexa a la universidad.  Ocupó esta posición por ocho años, y llegó a ser conocido por su carácter dedicado y abierto.  Estando allí también se volvió cada vez más crítico de las prácticas educacionales de la época, particularmente al punto de que percibía que éstas oprimían en lugar de incentivar el desarrollo del potencial creativo de los niños. (Bethel, 1973: 32).


EL TELÓN DE FONDO DEL NACIONALISMO

Tres años antes del nacimiento de Makiguchi, comenzó el período Meiji y el Japón entró en un período de frenético aprendizaje y absorción de lo occidental en un esfuerzo por restablecerse como una nación/estado moderna e industrial.      

   Particularmente luego de su victoria en la guerra chino-japonesa (1894-5), el Japón comenzó a buscar una política nacional de expansión imperial que estaba expresado el lema “riqueza nacional y fuerza militar” (en japonés fokuku kyohei ). Esta tendencia sólo sirvió para acelerar la llegada de la guerra ruso-japonesa (1904-5). A lo largo de este período, la educación fue integral para el desarrollo de un sentido de identidad nacional y de la forja de ciudadanos comprometidos a hacer realidad los objetivos del estado. (Saito, 774-5)

   El Decreto Imperial sobre la Educación, emitido en 1890, proporciona un ejemplo de cómo el gobierno ejecutó activamente este adoctrinamiento político.  El documento instruía a los súbditos japoneses a que cultivaran la lealtad y la piedad filial hacia la casa imperial.  Presentaba al Japón como una potencia extraordinaria fundamentada en los lazos históricos de sus benevolentes gobernantes y sus leales súbditos. En las escuelas de todo el país eran repartidas copias certificadas del Decreto que eran leídas en medio de una gran ceremonia en todos los eventos escolares importantes.  A los estudiantes se les exigía que estudiaran y memorizaran su texto para sus clases de educación moral.  La negativa de Kanzo Uchimura de mostrar el adecuado respeto al Decreto y su resultante expulsión de su profesión de educador fue un incidente que provocó olas de conmoción en todos los ámbitos de la educación japonesa. (Yamashita, 158).

   La actitud de Makiguchi hacia el Decreto Imperial sobre la Educación fue también menos que reverente. En su Sistema pedagógico para la creación de valores, Makiguchi describe el Decreto como algo que sólo proporcionaba “un principio moral mínimo.” Este contexto es clave para entender los activos intentos de Makiguchi como educador y su deseo de realizar reformas. Bethel lo expresa de la siguiente manera: “La vida y la carrera profesional de Makiguchi debe ser vista y evaluada con este debate [sobre la educación] y sus resultados como telón de fondo…  toda su carrera educativa fue una protesta contra la producción de súbditos.” (Bethel, 1973:29) 


LA GEOGRAFÍA DE LA VIDA Y LA IDEA DE LA CIUDADANÍA MUNDIAL

   El punto central de la filosofía educativa de Makiguchi era el reconocimiento de la necesidad de despertar  en los estudiantes una captación de su interconexión con su entorno social y el mundo en general. Makiguchi propuso un esquema de identidad o ciudadanía de tres capas, declarando que la educación debería desarrollar un sentido de pertenencia y compromiso con la comunidad, con la nación y con el mundo. (Makiguchi, 1:227).  

   Posteriormente escribió: “Si no se establece el máximo objetivo, no se pueden fijar los objetivos intermedios. Si no se percibe el mundo, no se puede comprender la nación. Si no se comprende la vida de la nación, no se puede asegurar la vida individual. Por lo tanto si pretendemos alcanzar la estabilidad de la vida individual en cada hogar, debe establecerse primero la de la nación.  Sin el bienestar del mundo, no se puede asegurar el bienestar de la nación.” (Makiguchi, 10:7).

   Makiguchi percibió que la responsabilidad clave de la educación era desarrollar personas responsables y de mentalidad global, que aunque enraizadas en la comunidad local, puedan mantener un compromiso empático con el mundo. Makiguchi estaba profundamente interesado en el estudio de la geografía. Su interés en particular estaba en la mutua relación que tienen las personas con su entorno físico, y el efecto que esto tiene en la cultura.  Según Makiguchi muchos de los problemas y fallas de la educación podrían ser superados al hacer de la geografía el punto central alrededor del cual se estructurase e integrase todo el currículum de la escuela elemental. (Bethel, 1973:33). 

   En consecuencia, comenzó a trabajar en un libro de geografía para maestros de la escuela elemental.  El resultado fue su obra del año 1903, Jinsei Chirigaku (La Geografía de la vida humana).  Dos años antes, Makiguchi había sido forzado a renunciar de la Escuela Normal de Hokkaido en Sapporo, luego de haber sido declarado responsable de una aparente ruptura de la disciplina en un dormitorio de muchachos. 

   Existen muchas razones para creer que Makiguchi, como maestro de poca experiencia, fue forzado a asumir la responsabilidad de un incidente en el que, en el peor de los casos, se había visto involucrado de un modo muy indirecto. (Saito, 765)  En todo caso, su renuncia le proporcionó a Makiguchi una razón para mudarse a Tokio, el corazón de la vida intelectual del Japón. 

   El libro de Makiguchi está lleno de observaciones que sólo pueden ser calificadas de destacadas si se consideran el entorno histórico en el cual fue escrito. Tal como fuera mencionado, una preocupación central del libro es la relación mutua existente entre la sociedad humana y el mundo natural.  Por ello, ha sido alabado como una obra pionera de la “ecología social” (Murao, 114).  La Geografía critica muchos aspectos de la concepción reinante acerca de la naturaleza del estado japonés, la cual fue siendo objeto de un carácter cada vez más sagrado en la persona del Emperador. Por ejemplo, Makiguchi establece claramente su punto de vista de que el propósito del estado es mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Una vez más, encontramos el tema de la felicidad como genuino objetivo de los esfuerzos del ser humano. 

   Makiguchi declara además “la libertad y los derechos de los individuos son sagrados e inviolables.” (Makiguchi, 2:339). Resulta muy significativo, que éstas sean las mismas palabras utilizadas en la Constitución Meiji de 1889 para describir a la persona del Emperador.  Son este tipo de declaraciones lo que llevó al crítico social y literario Shoji Saito a describir a Makiguchi como un “radical en el estricto sentido de la palabra.” (Saito, 757). También es significativo notar que Makiguchi publicó sus ideales sobre el desarrollo de los ciudadanos globales en el mismo momento en el que otros destacados eruditos japoneses estaban incitando activamente el entusiasmo del público para entrar en guerra con Rusia.

   La publicación de la Geografía de Makiguchi contó con un importante reconocimiento, y se convirtió en una referencia estándar para los estudiantes que se estaban preparando para tomar el examen de admisión gubernamental para maestros, sin embargo, esto tampoco dio pie a mejoras materiales o sociales.


EN EL SALÓN DE CLASES

   En los años siguientes Makiguchi luchó intensamente contra la pobreza y también contra una seria enfermedad. Durante esta época continuó combatiendo los problemas filosóficos y pedagógicos que fueron presentados en la Geografía. Desarrolló un profundo interés en la sociología y en la antropología, particularmente en las obras del pionero sociólogo estadounidense Ward.  En 1912 publicó su segundo libro, Kyodoka Kenkyu (Estudios de investigación sobre cultura folclórica).  Su preocupación primordial, una vez más, era las implicaciones educativas del estudio de la cultura folclórica de las comunidades locales. Uno de los aspectos que se distinguen en este libro fue el énfasis puesto en las observaciones directas y empíricas de las condiciones de vida de los pueblos. En contraste, mucha de la energía de los antropólogos japoneses fue dedicada a alabar de un modo lírico y casi mitológico el carácter y las virtudes singulares del pueblo japonés. (Murao, 34-36)  

   En 1913, a los cuarenta y dos años de edad, Makiguchi volvió a sus funciones de educador como director de una escuela primaria en Tokio.  Durante los siguientes veinte años prestó servicios en esta misma posición en diversas escuelas públicas de Tokio. 

   Quienes han dejado relatos sobre Makiguchi durante este período lo recuerdan como un hombre estricto y digno, extremadamente trabajador, pero también como una persona de gran generosidad que tomaba con interés personal el bienestar de sus estudiantes. Un ejemplo de esto viene del período de Makiguchi como director de una escuela primaria en la que la mayoría de los estudiantes eran niños pobres.  Haciendo uso de su propio dinero, les preparaba los envases para el almuerzo a los niños que no podían costeárselo y, para no herir sus sentimientos, se los dejaban en el salón del conserje para que fueran tomadas libremente por el niño que las deseara. (Todai Hokekyo, 24-25).  

   Los esfuerzos educativos de Makiguchi y toda su carrera como educador estuvieron centrados en su principal preocupación de hacer de cada aprendiz el centro de la teoría y la práctica educativa.  Tal como lo elaborara posteriormente en su  Sistema pedagógico para la creación de valores, siempre percibió que el propósito de la educación era la felicidad de cada uno de los estudiantes a lo largo de toda su vida. Se sentía profundamente perturbado por el modo en el que el potencial creativo de los niños y su amor natural hacia el aprendizaje estaban siendo destruidos por los conceptos y los métodos pedagógicos prevalecientes.  En esa época, en el Japón, la educación era vista como la transmisión de conocimiento desde quienes eran percibidos como los autoritarios guardianes de ese conocimiento, hacia los estudiantes, quienes eran vehículos vacíos a los que se les tenía que inculcar la información necesaria mediante un aprendizaje mecánico por repetición. Makiguchi argumentaba que la educación “no es el mercadeo de información de lo que sobra; es dar las llaves que le permitan a las personas desbloquear por sí mismas el amplio tesoro del conocimiento.  No consiste en robar la propiedad intelectual que está en manos de otras personas, sin el uso de esfuerzos adicionales de nuestra parte; por el contrario, coloca a las personas en su propio camino para el descubrimiento y la  invención.” (Makiguchi, 6:285). 

   Makiguchi hizo un llamado a los maestros para que “se bajaran del trono en el que se habían instalado como objeto de veneración y se convirtieran en servidores públicos que ofrecieran orientación a los que buscan ascender al trono del aprendizaje. No deberían ser amos que se presentan a sí mismos como parangones, sino asociados en el descubrimiento de los nuevos modelos.” (Makiguchi, 6:289). Makiguchi describe su propio sentido de urgencia en el prefacio de la Pedagogía. “Lo que me mueve es el intenso deseo de detener la deplorable situación actual, es decir, que diez millones de nuestros niños y estudiantes sean forzados a resistir las agonías de la competencia asesina, y que la dificultad de llegar a buenas escuelas, el ‘infierno de los exámenes‘, y la lucha por obtener empleos después de la graduación, siga afligiendo a la próxima generación.” (Makiguchi, 5: 8)

   La determinación con la cual él defendió sus principios condujo a Makiguchi en diversas ocasiones a conflictos con las autoridades educativas. Esto hizo que fuera transferido de una escuela a otra. (Todai Hokekyo, 24-5)  Él se oponía en particular a la generalizada costumbre de aquella época de otorgar tratamiento especial a los niños de las familias pudientes.  Fue esta negativa a adular a los poderosos  que con el tiempo lo llevó a un retiro forzoso en 1929.  Aunque su posición ética despertó la ira de las autoridades, también dio lugar al respaldo y admiración de muchos de sus colegas. De hecho, en una oportunidad, cuando Makiguchi fue transferido de la Escuela Elemental Nishimachi, fue organizado un boicot escolar en protesta (Ikeda, 9).    

   A la cabeza de quienes apoyaban a Makiguchi se encontraba un joven educador llamado Jogai Toda,posteriormente Josei Toda. 

   Toda llegó a convertirse en un defensor tan ardiente de Makiguchi que cuando éste salió de Nishimachi, Toda renunció a su cargo en la escuela.  Posteriormente abrió su propia escuela en la cual puso en práctica la teoría educativa de Makiguchi con un considerable éxito (Todai Hokekyo, 46-47). Toda y Makiguchi continuaron trabajando muy cerca el uno del otro hasta que fueron arrestados en 1943 por oponerse a las políticas militaristas estatales del Japón.


CARACTERÍSTICAS DE LAS IDEAS DE MAKIGUCHI Y DEL SISTEMA PEDAGÓGICO PARA LA CREACIÓN DE VALORES

   A medida que su carrera educativa se fue acercando a su final, Makiguchi comenzó a prepararse para la publicación de los métodos educativos y las ideas que había desarrollado durante sus primeros años como profesional. En primer lugar, las ideas de Makiguchi estaban fundamentadas en el paradigma intelectual de su época. Adoptó una visión positivista de la realidad, creyendo que las conclusiones deberían fundamentarse en la inducción científica.  Él estaba particularmente atento a las ideas que no habían sido validadas como útiles mediante la experiencia y la práctica real. “El Positivismo dice que debemos tomar las realidades cotidianas que se presentan ante nosotros en la educación como conocimiento laboral y luego hacer uso del escrupuloso escalpelo del científico para diseccionar la teoría educativa; es decir, obtener verdades constantes en la raíz de la práctica educativa.  Sólo entonces la educación abrazará un cuerpo de conocimiento sistematizado integralmente.” (Bethel, 1989:7-8).

   Sus ideas, entonces, pueden tal vez ser catalogadas bajo dos temas amplios aunque relacionados entre sí. Uno de sus esfuerzos es desarrollar una “pedagogía científica” fundamentada en un enfoque educativo científico y positivista. Según lo evidencia la cita anterior, Makiguchi sentía fuertemente que, en lugar de teorías pedagógicas abstractas, importadas y traducidas a los escenarios japoneses, las experiencias concretas vividas por los maestros tenían que ser analizadas en busca de lecciones y verdades.

   El otro tema es la base filosófica específica que sustentaba a su pedagogía pero que iba más allá de la educación hasta examinar el significado de la vida humana. En cuanto a esto, su preocupación central eran los valores y la extraordinaria capacidad del ser humano para crearlos.  Makiguchi consideraba que la verdadera misión de la educación estaba en el trabajo de capacitar a los jóvenes para la creación de valor (felicidad) a lo largo de sus vidas.

   El Soka Kyoiku Taikei, o Sistema pedagógico para la creación de valores es una explicación de estas metas. Estos dos temas o intereses estaban íntimamente relacionados. Bethel escribe que Makiguchi puede ser entendido en términos de su búsqueda de “un orden subyacente, valores humanos comunes, significado y propósito,” y esto fue lo que lo llevó a “formular concepciones pragmáticas acerca del hombre y del mundo que incorporan las implicaciones revolucionarias de la ciencia y la evolución.” (Bethel, 1973:20).

   Desde sus primeros años como maestro Makiguchi recopiló las anotaciones que había ido haciendo acerca de sus ideas sobre la educación, llegando a ser conocido por el lápiz desgastado y la libreta de notas que constantemente llevaba consigo para resumir sus ideas a medida que se le venían a la mente. La edición y la organización de estas ideas en un tratado presentable fue una tarea monumental. En la introducción de su Pedagogía, Makiguchi expresa su pesar por no haber tenido tiempo previamente para hacerlo, también expresó su agradecimiento hacia su joven discípulo Josei Toda, por su generosidad al respaldar este proyecto.

   En 1930, fue publicado el primer volumen de la Pedagogía. En un principio Makiguchi tuvo la idea de publicar doce volúmenes; aunque al final sólo fueron producidos cuatro.

   En el corazón de la Pedagogía de Makiguchi está su teoría del valor. La verdadera felicidad, llegó a concluir, surge de la creación de valor. Los seres humanos no pueden crear materia, pero tienen la capacidad para crear valor; en esto yace el singular significado de la vida humana. Según las propias palabras de Makiguchi, “el más alto y supremo objetivo de la vida es la felicidad...  Una vida feliz no es otra cosa que el estado de existencia en el cual uno es capaz de obtener y crear valor pleno.” (Bethel, 1973:50). 

   En el segundo volumen de su Pedagogía relató que durante más de diez años había estado “pensando constantemente sobre el difícil tema del valor,” hasta llegó a comparar la presencia de esta idea en su mente con una especie de tumor.

   Makiguchi intentó dejar claro lo que él quería decir cuando se refería al término “valor”. Para ello contrastó valor con verdad, substituyendo verdad por beneficio en el sistema de valores neokantianos de verdad, belleza y bien, los cuales dominaban en el Japón de la época.  La verdad tiene que ver con la identificación, una declaración epistemológica sobre un objeto o un evento. El valor, por otra parte, relaciona al objeto con la vida humana, es una medida del impacto subjetivo que tiene un objeto o un evento en nosotros y en nuestras vidas. El valor, por lo tanto, puede ser aumentado o creado, mientras que la verdad no.

   La vida, escribió Makiguchi, “es un proceso de creación de valor, y la educación nos debería guiar hacia ese objetivo.” (Bethel, 1989:56)  La educación, creía él, debería dar rienda suelta, forjar, y estar fundamentada en la alegría de aprender y descubrir lo que es natural para los niños. Debería inspirar y desarrollar el poder inherente que hay en ellos para que continúen expandiendo sus vidas.

   Su interés en el muy práctico reto de alcanzar este objetivo con sus estudiantes lo hacía impacientarse ante la teorización abstracta. La siguiente cita, con toda su simplicidad, dice mucho acerca de la naturaleza de sus inquietudes y enfoques: “¿Cuál es el propósito de la educación nacional?  En vez de divisar complejas interpretaciones teóricas, es preferible que comencemos por observar al adorable niño que se sienta en nuestras rodillas y que nos hagamos la pregunta: ¿Qué puedo hacer para asegurarme que este niño viva la vida más feliz posible?” (Makiguchi, 4:27).  

   Uno podría argumentar, por lo tanto, que el acercamiento de Makiguchi a la religión fue una extensión, además de un resultado, de sus esfuerzos por comprender y explicar la felicidad y los valores del ser humano.


EL ENCUENTRO DE MAKIGUCHI CON EL BUDISMO.

   Como fuera mencionado al principio, la publicación de la Pedagogía también marcó el nacimiento de la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Educativa para la Creación de Valores), la organización educativa reformista que dio lugar a la Soka Gakkai de la postguerra.  No se puede entender el desarrollo de esta organización sin entender la influencia del budismo de Nichiren sobre las ideas de Makiguchi.

   Makiguchi era un racionalista comprometido. Él creía firmemente en el valor de la experiencia y de que los principios fuesen extraídos de la observación misma, más que de los intentos por imponer estructuras teóricas sobre la incontrolable realidad. Makiguchi creía en el valor del método científico como medio para confirmar una observación y para declarar la validez de un conocimiento.

   Con este telón de fondo, su tardía conversión (a los 57 años de edad) al budismo de Nichiren (Nichiren Shoshu) puede parecer fuera de lo normal.

   Cuando se analiza la historia y el desarrollo de la Soka Kyoiku Gakkai y el cambio que ésta experimentó cuando dejó de ser un grupo de investigación educativa para convertirse en una organización religiosa, surgen inevitablemente ciertas preguntas: ¿Cómo y cuándo, exactamente, surgió en Makiguchi la convicción acerca de la importancia de la religión?  ¿Percibió él el budismo como una especie de medio adecuado y práctico, compatible con su propia filosofía, que podía proporcionar una base más popular para hacer efectiva una reforma social? ¿O percibió en el budismo de Nichiren algo más completo y holístico que las ideas que había desarrollado hasta ese punto? ¿Sintió que esta religión era el “orden subyacente” que él había estado buscando? ¿Cuál fue, para Makiguchi, la relación esencial existente entre la religión del budismo de Nichiren y sus propias ideas y actividades reformistas?

   Si revisamos los escritos de Makiguchi y nos remontamos, al menos, hasta su obra Las montañas y la vida humana (1899) uno descubre una marcada consistencia en su posición con relación a la religión. En este ensayo, Makiguchi describe el impacto que ejercen las montañas sobre el espíritu humano, cuando escribe que estas nos permiten inmediatamente comunicarnos con el cosmos y percatarnos de nuestra pequeñez y fragilidad frente a las enormes fuerzas de la naturaleza; y que esta experiencia da lugar al interés en lo religioso. (Makiguchi, 7:344).

   De igual modo, en la Geografía de la vida humana (1903), Makiguchi describe la experiencia religiosa con la sensación de asombro que nos producen tanto las fuerzas que están más allá del alcance de nuestras vidas individuales como el orden subyacente dentro del cual todos existimos. (Makiguchi, 1:36). 

   De este modo, aunque siempre se mostraba escéptico a los planteamientos de las distintas religiones, y convencido de que éstas debían ser objeto de cuidadosos análisis, Makiguchi nunca negó el valor de la religión o de las experiencias religiosas per se.

   Desde niño, Makiguchi estuvo en contacto con diversas corrientes de la fe. Nacido dentro del seno de una familia budista Zen, su familia adoptiva practicaba una forma del budismo de Nichiren y tenía muchos amigos cercanos que eran cristianos, entre ellos el famoso diplomático Inazo Nitobe.  Hasta su conversión al budismo de Nichiren, Makiguchi continuó explorando activamente varias prácticas religiosas. Haciendo un resumen de su experiencia con varias prácticas religiosas, Makiguchi declara: “en ninguna de ellas pude sentir que hubiera algo que pudiera vencer mi orientación científica y filosófica, o armonizar con ella.” (Makiguchi, 5:405)  Miyata hasta llega a interpretar la experiencia de Makiguchi con varias corrientes religiosas de la fe como una búsqueda de una que concordara con sus estrictos criterios propios. (Miyata, 72) 

   En 1928, Makiguchi conoció a Sotei Mitani, quien era director de una escuela vocacional y practicante laico de la Nichiren Shoshu.  Años antes Makiguchi había asistido a una disertación sobre el budismo de Nichiren realizada por el nacionalista Chigaku Tanaka, quien le había causado poca impresión.  Su encuentro con Mitani produjo un efecto completamente diferente en él.  Makiguchi se sintió profundamente impresionado con la explicación de Mitani acerca de cómo la religión estaba integrada y relacionada con la realidad diaria de las vidas de las personas. Mitani explicaba el budismo desde la perspectiva de Nichiren Daishonin de que, “‘ningún aspecto de la vida o del trabajo es, en modo alguno, diferente de la máxima realidad.’  Una persona de sabiduría no es aquél que practica el budismo lejos de los asuntos seculares...”  Explicaba la existencia una “ley” máxima que no es ni transcendente ni antropomórfica, la cual no existe por encima o más allá de la realidad, sino dentro de ella. (Posteriormente, Makiguchi rompió su relación con Mitani por razones personales, pero también filosóficas. Al parecer, Mitani insistía en lo que podría ser denominado un enfoque “fundamentalista” hacia el budismo sintiendo que, si los textos sagrados describían a los seres con cabezas humanas y cuerpos de animales, estos deberían existir. Makiguchi no podía llegar a aceptar este tipo de enfoque tan contrario a la ciencia.)

   Cuando comenzó a estudiar el Sutra del Loto, texto clave del budismo Mahayana, así como la interpretación de Nichiren acerca del mismo, Makiguchi se sintió sacudido por lo mucho que estos textos concordaban con sus principios racionalistas. “No obstante, cuando yo llegué al punto de encontrarme con el Sutra del Loto, me sentí sorprendido de descubrir que éste, en modo alguno, contradecía los principios científicos y filosóficos que forman las bases para nuestra vida diaria, y que difería fundamentalmente de todas las prácticas religiosas y morales que yo había estudiado hasta la fecha. Y, justamente, cuando me encontré a mí mismo motivado por este descubrimiento, experimenté gran cantidad de fenómenos inexplicables en mi cotidianidad, que coincidían exactamente con las enseñanzas del Sutra del Loto...  Con una alegría cuya definición está más allá del poder de las palabras, he renovado completamente el modo de vida que yo había buscado vivir durante casi sesenta años.” (Makiguchi, 8:405).

   Seguidamente describió que su encuentro con el budismo había dado nueva vida a su teoría del valor. (Ikeda, 10).  De este modo, aunque Makiguchi no hace referencia a cuáles aspectos de su filosofía previa a su conversión fueron “revertidas” hacia el budismo y cuáles fueron “armonizadas” por el budismo, parece claro que, desde su perspectiva, la experiencia fue sobrecogedoramente armonizante. En el budismo, encontró un sistema de creencias que renovaron y dieron profundidad a sus antiguas convicciones sobre la importancia central del desarrollo del poder inherente en los individuos. Esto se refleja en un cambio gradual en cuando a la retórica de la organización que él había fundado pasando de un enfoque puesto en la “reforma educativa,” a otro puesto en la “reforma religiosa.”

   No parece ilógico especular que la conversión de Makiguchi representó una profunda armonización entre la tradición científico-racionalista de occidente, en la cual estaba él inmerso y a la cual se había dedicado, y la valoración intuitiva de los procesos de vida internos propia de las tradiciones asiáticas religiosas.  Tampoco parece descabellado sugerir que los aspectos que distinguen a la Soka Gakkai pueden ser localizados en la consistencia presente en las ideas de Makiguchi antes y después de su conversión, en especial en cuanto al tema del valor.  El pragmatismo de Makiguchi, su  enfoque secular en cuanto a la práctica religiosa como base generadora del raciocinio y la energía mediante los cuales las personas pueden crear valor en medio de las necesidades y pruebas de la vida diaria, ha sido transmitido por los subsecuentes líderes de la organización.  Parece razonable especular que este enfoque ha jugado un papel importante en el grado de aceptación que ha disfrutado el movimiento de la Soka Gakkai hacia finales del Siglo XX en el Japón, así como en entornos culturales que han sido poco expuestos al budismo. 

   ¿Cuáles fueron, entonces, los aspectos específicos del budismo de Nichiren que atrajeron a Makiguchi? 

   Miyata describe tres características que Makiguchi encontró especialmente atractivas:

1) El énfasis puesto en la experiencia empírica y la concordancia con el método científico.

2) El hecho de que el foco central de la fe está en una ley o principio universal y no en un ser o una deidad antropomorfos.

3) El énfasis colocado en la identidad de los ámbitos seculares y budistas, y la postura de usar la contribución de la religión a la sociedad como medida de su validez. (Miyata, 75). 

   En la Pedagogía, Makiguchi aclaró además su visión acerca del valor de la religión.  

   Rechazando la idea de que “lo sagrado” representa una categoría independiente de valor, Makiguchi declara que la religión genera el valor del beneficio o la ganancia sólo cuando ésta mejora las vidas de los individuos. La religión crea el valor del “bien” en la medida en que contribuye con el avance de la sociedad.  El beneficio o ganancia (ri) y el bien (zen), junto con la belleza (bi) forman la médula del sistema de valores de Makiguchi.  Como Ikeda lo ha descrito, la constante posición de Makiguchi era que la religión debe servir a la humanidad; la humanidad no existe para servir a la religión. (Ikeda, 15).


LA SOKA KYOIKU GAKKAI

   Alrededor de la época en que la Pedagogía fue publicada, y con la libertad que le permitió su retiro forzado, Makiguchi comenzó el trabajo de organizar el apoyo de su visión acerca de la reforma educativa y social. Este fue el inicio de la Soka Kyoiku Gakkai (SKG), la cual, después de la guerra, llegaría a convertirse en la Soka Gakkai. Tal vez el aspecto más interesante del desarrollo de esta organización en este punto de su historia es el dramático cambio que vivió, en sólo unos pocos años, cuando dejó de ser una organización para intelectuales interesados en una reforma educativa y pedagógica, para convertirse en un movimiento religioso de amplia base. 

   Lamentablemente, la información acerca de la historia SKG antes de la guerra, la naturaleza de sus actividades, el crecimiento de su membresía y, particularmente, cómo ocurrió la transición de su cambio de objetivo, es limitada.  Mucho de lo que sabemos sobre esta historia debe ser obtenido del contenido de los periódicos de la organización. Aparentemente, para el momento de su aparición, la SKG abrazó un plan definitivamente pedagógico.

   En el prefacio de la Pedagogía, Makiguchi escribió: “Hay muchos asuntos urgentes con los que tenemos que lidiar en nuestro movimiento por la reforma educativa. La Soka Kyoiku Gakkai tiene por objeto atacar estos asuntos en un esfuerzo cooperativo entre quienes comparten la misma aspiración.” (Makiguchi 5;10). El Kankyo (Medio Ambiente), la primera revista producida por Makiguchi y Toda (en 1930) fue, por lo tanto, publicada con el objetivo de proporcionar a los educadores “material de enseñanza relativo a la vida diaria” y para animarlos a desarrollar una pedagogía más científica o sistemática. 

   De este modo, para el momento de su fundación, el enfoque primordial de la organización se centraba en torno al cambio social mediante la reforma educativa. El aspecto religioso llegaría a ser prominente pero en este punto era secundario o, al menos, tenía una importancia secundaria.

   Bethel sugiere que la motivación de Makiguchi a cambiar el énfasis hacia la reforma religiosa era una especie de frustración en cuanto al progreso de sus esfuerzos para efectuar una reforma educativa (Bethel, 1973:90). Los propios escritos de Makiguchi proporcionan la evidencia que respalda este punto de vista. En 1937, al reflexionar sobre los siete años que habían transcurrido desde que fuera publicado el primer volumen de la Pedagogía, Makiguchi señaló que aunque esto tal vez era el resultado inevitable del hecho de que su pedagogía había sido construida sobre una nueva teoría del valor, era imposible no estar descontento por la falta de respuesta por parte de las autoridades educativas nacionales. (Makiguchi, 9:234) 

   Cualquiera haya sido la motivación, hacia 1935 se hace manifiesta la evidencia de una transición desde un enfoque educativo hacia uno religioso. La Soka Kyoiku Gaku Taikei Kogai (Sinopsis del sistema pedagógico para la creación de valores) es un panfleto que define los principios de la pedagogía de Makiguchi publicada en ese año.   

   Éste adopta el objetivo de la SKG como un reforma educativa fundamentada en los principios de la pedagogía de Makiguchi para la creación de valores e incluye gran número de propuestas y metas específicas. No obstante, en el Shinkyo (Nuevas enseñanzas), la publicación de la sociedad desde 1935 hasta 1936, aparecen muchos artículos sobre las actividades religiosas de la sociedad así como lemas en sus portadas que promueven la reforma religiosa. (Miyata, 15)

   Al parecer, el grupo también realizaba reuniones de diálogo en los que se discutían tanto temas religiosos como educativos y en agosto de 1935 llevó a cabo su primera sesión de verano en Taisekiji, templo principal de la Nichiren Shoshu. (Todai Hokekyo, 50).

   Del mismo modo, la edición de diciembre de 1935 del Shinkyo contiene las siguientes declaraciones que reflejan claramente cómo veía Makiguchi la relación entre la religión y otras formas de actividades institucionalizadas: “Las reformas de los asuntos seculares tales como la política o la economía, son los adornos de las ramas y de las hojas mientras que las reformas educativas y religiosas nutren la raíz.” (Todai Hokekyo, 51). Makiguchi también declaró que las reformas educativas deberían fundamentarse en las reformas religiosas y escribió que, sin una transformación interior fundamental de los seres humanos, el caos que plaga los asuntos relacionados con la humanidad jamás llegarán a su final (Ibid.).  Parece ser, por lo tanto que, al menos hacia 1935, la organización ya incluía un significativo enfoque religioso.

   En 1936 la plataforma de la organización fue revisada con la intención de  “reflejar mejor la realidad del movimiento.” (Miyata, 15) Para entonces quedó expresado específicamente el enfoque religioso de la organización, estableciendo que, a la par de su objetivo de hacer efectiva una reforma educativa en todo el país mediante “estudios pedagógicos centrados en el sistema pedagógico para la creación de valores.  También tendrá como fin alcanzar la revolución religiosa esencial que se requiere para llevar a cabo la reforma educativa.” (Ibid.)

   En 1937 el grupo realizó una “reunión inaugural,” con la asistencia de 60 personas. En esta reunión Makiguchi fue electo formalmente presidente de la organización. Los miembros continuaron reuniéndose para reportar los resultados de sus programas de investigación y sus experiencias personales hasta que el gobierno disolvió la organización en 1943. (Bethel, 1973:97)

   En 1939, cuando el mundo se encontraba en suspenso ante al borde de una guerra total, se realizó otra reunión general de la SKG. El tema central de esta reunión fue casi completamente religioso. En julio de 1941 el nuevo periódico mensual de la organización, Kachi Sozo (Creación de Valor), comenzó a publicar la ideología de la organización, sus reglas, regulaciones y propósitos.  Esto revela que había ocurrido un cambio dramático en la organización, y que su enfoque era ahora poderosamente religioso.

   En la cuarta edición, fue definido el propósito de la SKG como la experimentación y la demostración científica de una vida de supremo valor fundamentada en la práctica budista:

Nuestra organización, formada por quienes abrazan la fe, en las Tres Grandes Leyes Secretas, esencia del Sutra del Loto, lucha por alcanzar la paz y la tranquilidad para todos. Esto será hecho realidad mediante la puesta en práctica de la fe en la vida diaria para observar científicamente la relación entre la religión y el vivir, y para servir de testimonio de la presencia y el grado de valor que hay en dicha relación. Hemos buscado alcanzar efectos supremos en la educación y la vida en general, y llegamos a las causas fundamentales para hacerlas realidad. Hemos establecido un método de enseñanza fundamentado en la orientación, y hemos utilizado este método para probar científicamente los medios para alcanzar la máxima felicidad para todos.  Durante la pasada década, hemos agrupado ejemplos sin precedentes en el mundo al demostrar la prueba real del experimento gracias a la total dedicación y práctica de nuestros camaradas.  Así hemos tomado la iniciativa de traspasar la barrera que están confrontando el mundo y nuestro país. (Miyata, 16).

   Esto fue seguido por seis propuestas concretas:

1. Reforma de la metodología educativa.

2. Reforma del estilo de vida.

3. Reforma del método investigativo.

4. Reforma de la moralidad.

5. Reforma de la filosofía.

6. Reforma de la religión.(Ibid.)

   El periódico Kachi Sozo continuó presentando artículos sobre temas pedagógicos. No obstante, la mayor parte de lo que publicaba, se refería a testimonios de miembros que no tenían lazos en particular con el campo de la educación, sobre los beneficios que ellos habían derivado de su práctica del budismo de Nichiren. (Bethel 1973, 97)

   El Kachi Sozo fue publicado durante menos de un año, desde julio de 1941 hasta mayo de 1942, cuando recibió una orden oficial de cese de publicaciones. Su corta vida coincide con un período crucial en la historia de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el ataque a Pearl Harbor en 1941, y la invasión de las Filipinas, Hong Kong y Singapur.  Los escritos de Makiguchi a lo largo de este período están impregnados de un creciente sentido de urgencia.  Resulta claro que Makiguchi estaba cada vez más convencido de que solamente el tipo de renovación fundamental y espiritual que él había encontrado en su propia experiencia religiosa podría permitirle al Japón y al mundo evitar el desastre hacia el cual se estaba encaminando.

   Este cambio en el enfoque de la organización también comenzó a verse reflejado en la membresía de la organización. La organización ya no estaba formada solamente por intelectuales interesados en la reforma sino que comenzó a incluir a cada vez más y más personas de esferas mucho más amplias de la sociedad que se habían sentido atraídas por los temas religiosos más amplios sobre los que Makiguchi ahora estaba dialogando.  No existe información detallada que pudiera definir un perfil de la membresía de la organización, o del cambio que ésta experimentó cuando dejó de ser una organización básicamente de educadores para llegar a ser más un reflejo de la población en general. No obstante, en la historia novelada de Toda sobre la organización, Ningen Kakumei (La revolución humana), Makiguchi es descrito como una persona involucrada en actividades de propagación entre el proletariado urbano del Japón; y muchos de sus seguidores eran mujeres que buscaban alivio para su “carga kármica” de pobreza y de relaciones abusivas. 

   En términos de su tamaño, la organización había aumentado de 500 personas en 1940, a 3.000 al año siguiente. (Todai Hokekyo, 1:56)  Es evidente que, a partir de 1939, Makiguchi inició un movimiento social cuya base era mucho más amplia.


ARRESTO Y MUERTE EN PRISIÓN

   A medida que se intensificaron las acciones del Japón hacia la guerra, el gobierno se mostró cada vez más alerta y represivo hacia las voces de protesta.  Al concentrar sus esfuerzos en un intento por reunir a sus súbditos a favor de la causa de su guerra expansionista, se volvió cada vez menos y menos tolerante ante cualquier expresión de ideas independientes.

   En abril de 1939 el estado dictaminó la Ley de Organizaciones Religiosas que le permitió disolver cualquier organización religiosa que contradijera el “Método Imperial.”  De igual modo, en 1940, fue establecido un nuevo cuerpo administrativo y por primera vez, la promoción del respeto a los dioses se convirtió en el objetivo oficial del estado. Miyata describe esto como un indicativo de la consumación del sistema del sintoísmo estatal (Miyata, 214.) 

   Según esta ideología, el Emperador era, como descendiente de la diosa del sol, una deidad viviente que debería ser venerada por la población. De este modo el estado generó un patriotismo poderoso e incuestionable que servía de respaldo a sus políticas. En cada hogar, así como en todos los lugares de devoción, tenían que ser entronizados los talismanes sintoístas. En 1941, fue revisada la Ley para la Preservación de la Paz (chian ijiho) de 1925, expandiendo su enfoque original hasta prohibir, específicamente, bajo pena de muerte, todo acto o hasta idea que fuese en desmedro de la dignidad del Emperador del sintoísmo estatal. Fue por violación de esta ley que los líderes de la Soka Kyoiku Gakkai fueron arrestados en 1943. 

   Durante la década de los años treinta, las autoridades estatales ya habían subyugado violentamente a un gran número de sectas y uno de los casos más destacados fue el de la Secta Omoto en 1935. La presión para que se ajustara y aceptara la supremacía del Sintoísmo Estatal fue sentida por la totalidad de la comunidad religiosa del Japón y, una tras otra, las diversas escuelas revisaron sus enseñanzas y prácticas para dar cabida a las demandas del estado. Por ejemplo, las diversas sectas cuyo linaje se remontaba a Nichiren, incluyendo la Nichiren Shoshu, aceptaron eliminar de sus escritos los pasajes que colocaran la autoridad del darma budista por encima de los poderes seculares o que, de otra manera, pudieran constituirse en blasfemias contra el Emperador. 

   Dentro de este contexto, Makiguchi se mantuvo firme. Según la acusación que le fue hecha durante los dos años anteriores a su arresto, Makiguchi asistió a más de doscientas cuarenta pequeñas reuniones de diálogo o zadankai. (Este tipo de reuniones siguen siendo el principal campo de acción para las actividades de la membresía de la SGI en el mundo entero.)  Muchas de estas reuniones fueron llevadas a cabo bajo la vigilancia directa de la Alta Policía Especial (tokko). Los participantes relatan que Makiguchi era cortado abruptamente por la policía tan pronto como el tema se tornaba hacia el sintoísmo estatal. (Ikeda, 12)

   Makiguchi también expresaba sus ideas en forma escrita. Por ejemplo, en la edición del 20 de diciembre de 1941 del Kachi Sozo, Makiguchi escribió lo siguiente: “Debemos evitar estrictamente seguir las ideologías de origen incierto que no pueden ser substanciadas por la prueba real, aunque éstas puedan pertenecer a las tradiciones más respetadas a lo largo de los tiempos, para con ello sacrificar la inestimable vida de la comunidad entera del yo y los demás.  En este sentido, la cuestión de [venerar por obligación] los santuarios sintoístas debe ser reexaminada como un asunto de gran urgencia.” (Makiguchi, 10:26.)  Lo oportuno de esta declaración, apenas unas semanas después del ataque a Pearl Harbor, sugiere el coraje que se requería para expresar públicamente estos puntos de vista.  Como fuera mencionado, cinco meses después, en mayo de 1942, las publicaciones del Kachi Sozo fueron interrumpidas por la fuerza. 

   En junio de 1941, Makiguchi fue convocado al templo principal de la Nichiren Shoshu. Allí, ante la presencia del sumo prelado de ese momento y de dos anteriores, le fue solicitado que aceptara  el talismán sintoísta y que animara a los miembros de la Soka Kyoiku Gakkai a que hicieran lo mismo. Makiguchi se negó a aceptar esta materialización simbólica del estado sagrado.  En sus escritos posteriores a la guerra, Toda lo recuerda cuando declaró, “¿A qué tanto le temen ellos [el sacerdocio]?  Éste es el momento para amonestar al estado.”  

   En julio de 1943, Makiguchi, Toda y otros diecinueve líderes de la SKG fueron arrestados. El Tokko Geppo (Reporte mensual de la Alta Policía Especial) informa sobre el arresto de Makiguchi: “Las ideas y creencias de las personas relacionadas [con la Soka Kyoiku Gakkai] centradas en torno al presidente Makiguchi manifiestan gran número de elementos subversivos y revolucionarios. Luego de investigaciones secretas realizadas por la Agencia de Policía así como por el Departamento de la Alta Policía Especial de la Prefectura de Fukuoka, el día 7 de este mes la Agencia arrestó e interrogó a Tsunesaburo Makiguchi y a otras cinco personas bajo la sospecha de blasfemia a la dignidad del Gran Santuario Imperial y lesa majestad.” 

   Makiguchi fue acusado por expresar opiniones tales como: “El emperador es un mortal común (bompu)”; “El emperador no debería demandar la lealtad [del pueblo]”; y “No hay necesidad de venerar el Gran Santuario de Ise”, un lugar fuertemente conectado con la casa imperial. (Tokko Geppo, Julio de 1943: 27-28)

   Makiguchi pasó el resto de su vida, unos quinientos días, en prisión, gran parte de este tiempo en detención solitaria.  Allí continuó expresando sus ideas religiosas y filosóficas, plenamente consciente de que la continua adherencia a estas ideas impedirían su liberación. Para las autoridades, una retractación (tenko) seguida de la liberación era, por supuesto, el desenlace preferido cuando se trataba con “criminales ideológicos.”  Ellos habían desarrollado técnicas para la aplicación de presión física y psicológica que daban como resultado un porcentaje extremadamente alto de retractaciones. A excepción de Makiguchi, Toda y otra persona, todos los líderes de la Soka Kyoiku Gakkai que habían sido arrestados, se retractaron y fueron liberados.  

   Makiguchi y Toda estaban entre los pocos disidentes ideológicos que se mantuvieron fieles a sus creencias hasta el mismo final, los demás eran primordialmente cristianos y comunistas.

   Una versión de extractos de las respuestas escritas de Makiguchi a sus interrogadores fue publicada en el Tokko Geppo (Informe mensual de la Alta Policía Especial); son documentos existentes como lo son las cartas que le permitían escribir a su casa una vez cada diez días.  Estos escritos revelan a Makiguchi como una persona extraordinariamente controlada. En los archivos de los interrogatorios, por ejemplo, repite y elabora aquellas ideas relativas al sintoísmo estatal y al Emperador que habían causado su arresto. Hay una calma casi socrática con relación al modo en el cual Makiguchi tomó en sus manos lo que tal vez captó era su última oportunidad para dar plena expresión a sus ideas.

   Antes que nada describe la práctica religiosa de la Soka Kyoiku Gakkai como una fusión de las enseñanzas de Nichiren transmitidas dentro de la Nichiren Shoshu y de su propia teoría del valor. Seguidamente explica por qué en lugar de escoger convertirse en sacerdote de la Nichiren Shoshu permaneció siendo un creyente laico. “Si yo hubiere de ordenarme y tener un templo, estaría confinado en mis acciones a las enseñanzas de la Nichiren Shoshu. Sería muy poco apropiado para mí promover mi teoría de valor desde un templo. Creo que mi verdadero objetivo es alcanzado al seguir siendo un creyente laico e introducir mi teoría del valor dentro de los principios de la fe de la Nichiren Shoshu.  Es en esto donde pueden hallarse las características que le son únicas a la Soka Kyoiku Gakkai.” (Tokko Geppo, agosto 1943:140). 

   En toda la información recopilada, Makiguchi demuestra una independencia en sus ideas y en su interpretación que subraya la distancia y las tensiones con la Nichiren Shoshu. Antes de su encarcelamiento, numerosos artículos que aparecieron en el Kachi Sozo, no todos necesariamente escritos por Makiguchi, habían expresado críticas a la fe al “viejo estilo” de los sacerdotes y los seguidores tradicionales de la Nichiren Shoshu cuya falta de entusiasmo para las actividades de propagación se sentía reflejada en  una egoísta falta de disposición para compartir el “gran bien” del budismo con los demás y con la sociedad en su conjunto.

   Tal como Makiguchi aclara en los documentos registrados, la Ley Budista o darma no es algo que puede ser “poseída” por un individuo o secta.  Para él, antes que nada y por encima de todo es una ley universal de causalidad.  “El budismo no es algo inventado o creado por Shakyamuni.  Es una ley sin principio ni final, que gobierna y da vitalidad al flujo constante de todos los fenómenos desde los tiempos sin comienzo. Lo que es denominado budismo son simples actos y prácticas que concuerdan con esta ley o principio ya existente.” (Tokko Geppo, agosto 1943:145).

   Makiguchi describe la guerra que se estaba librando en ese momento como un “desastre nacional” que surgió de la adherencia a ideologías erradas. En aquel momento, la guerra era casi universalmente descrita como una “guerra santa” (seisen). Makiguchi también repetía su aseveración de que el emperador era un mortal común y que no era infalible.  También declaró que el emperador debía obedecer la ley de causa y efecto y que si abrazaba el budismo, “Su Majestad desarrollaría de un modo natural el tipo de sabiduría que le permitiría llevar a cabo acciones políticas sin error.” (Tokko Geppo, agosto 1943: 152,156).

   Las cartas que Makiguchi escribió desde la prisión a su esposa y a su nuera ofrecen un  retrato de la trascendencia filosófica de las dificultades que estaba sufriendo en ese momento combinadas con un inquebrantable compromiso con la acción pragmática. Makiguchi compara su vida en una celda solitaria de tres tatami (un total de aproximadamente 1,80 m x 2,70 m) con “vivir en un pequeño apartamento en el que puedo leer libros y no me falta nada.” En la misma carta, escribe, “Hagamos que la fe sea nuestra primera prioridad. Deberíamos fortalecer nuestra fe, conscientes de que cualesquiera que sean las pruebas que enfrentemos, éstas carecen de significado si las comparamos con las que enfrentó el Daishonin. Vivimos en medio de beneficios ilimitados y, de ninguna manera, podemos sentirnos descontentos por eventos tales como los que están ocurriendo en la actualidad. A partir de las experiencias del pasado resulta claro que ‘el veneno se tornará en medicina’ tal como nos lo enseñan el Sutra y el Gosho [escritos de Nichiren].” (Makiguchi, 10:278).  En otra carta Makiguchi escribió, en una línea que fue dañada por los censores: “Dependiendo de nuestra actitud, hasta el infierno tiene sus placeres.”

   Mediante estas cartas, Makiguchi trató de proteger y animar a su familia y a sus compañeros miembros de la Soka Kyoiku Gakkai.  Makiguchi permaneció comprometido con los problemas y retos de la vida diaria hasta el mismo final.  Por ejemplo, en numerosas cartas llama la atención a su nuera, Sadako, por su error de no colocarle fecha a sus cartas (para que el pudiera estimar cuanto tiempo tomaba el proceso de censura) o para proporcionar el tipo de información concreta y detallada que el requería. 

   La última carta de Makiguchi tenía como fecha 15 de octubre, poco más de un mes antes de su muerte.  Es una respuesta a una carta de Sadako en la que le informaba a Makiguchi que su hijo (esposo de la remitente) Yozo, había sido ultimado en el combate. “Me sentí consternado por este golpe. Pero lo que más me preocupó fue cómo ustedes dos [Sadako y la esposa de Makiguchi, Kuma] estaban pudiendo seguir adelante.  Me sentí aliviado al saber que ustedes están tomando esto con una firme determinación…Por favor, infórmenle sólo a quienes estaban cerca de él, no olviden a su tía en Hokkaido.” Luego de animarlas a ellas a aferrarse a su fe, Makiguchi concluye con una declaración de confianza en su logro y en la validez de las enseñanzas budistas.

   “He estado leyendo de nuevo la filosofía Kant. Está claro que yo he podido desarrollar una teoría del valor que los filósofos han buscado en los pasados cien años sin éxito. Al mismo tiempo he conectado esto a la fe del Sutra del Loto, cuya verdad ha sido probada por las experiencias de varios miles de practicantes. Corriendo el riesgo de sonar falto de modestia, me siento asombrado ante esto. En este sentido, no es de sorprender que los tres obstáculos y los cuatro demonios (sansho shima) se hayan levantado para oponérsenos. Es tal como lo enseña el sutra.” (Makiguchi, 10:301).

 

Andrew Gebert es traductor e investigador en el Instituto de Filosofía Oriental, y Anthony George es un escritor sudafricano que vive en Tokio, Japón.


REFERENCIAS.

Bethel, Dayle M.  Makiguchi the Value Creator, (Makiguchi el creador de valor) Weatherhill, Tokio y Nueva York, 1973.

Ikeda, Daisaku. “Makiguchi’s Lifelong Pursuit of Justice y Humane Values,” (Makiguchi, una vida entera dedicada a la búsqueda de la justicia y los valores humanos) conferencia dictada en el Centro Simon Wiesenthal, 4 de junio de 1996.

Kumagaya, Kazunori. Makiguchi Tsunesaburo, Daisanbunmei, Tokio 1978.

Makiguchi, Tsunesaburo. Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Recopilación de los escritos de Tsunesaburo Makiguchi), Daisanbunmei, Tokio.

Miyata, Koichi. Makiguchi Tsunesaburo No Shukyo Undo (El movimiento religioso de Tsunesaburo Makiguchi), Daisanbunmei, 1993.

Murao, Koichi. Makiguchi Tsunesaburo No Jinsei Chirigaku Wo Yomu (Para leer la “Geografía de la vida humana” de Tsunesaburo Makiguchi), Ushio Shuppansha, Tokio, 1997.

Saito, Shoji. “Wakaki Makiguchi Tsunesaburo To Gendai (El joven Tsunesaburo Makiguchi en los tiempos modernos),” Nihonteki Shizenkan No Henka Katei (Cambiando el proceso de la visión japonesa acerca de la naturaleza), Tokyo Denki University Press, Tokio 1989.

“Soka Kyoiku Gakkai Kaicho Makiguchi Tsunesaburo Ni Taisuru Jinmon Chosho Bassui (Extractos de la documentación sobre los interrogatorios al presidente de la Soka Kyoiku Gakkai Tsunesaburo Makiguchi),” Tokko Geppo (Reporte mensual de la Alta Policía Especial), agosto de 1943.

“Soka Kyoiku Gakkai Honbu Kankeisha No Chianijiho Ihan Jiken Kenkyo (El arresto de personas relacionadas con la sede central de la Soka Kyoiku Gakkai bajo el cargo de violación de la Ley para la Preservación de la Paz).” Tokko Geppo, julio de 1943.

Toda, Josei. “Ningen Kakumei”(La revolución humana) en Toda Josei Zenshu (Recolección de escritos de Josei Toda), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1988.

Todai Hokekyo Kenkyukai ed. (Grupo de estudio de la Universidad de Tokio sobre el Sutra del Loto). Soka Gakkai No Rinen To Zissen (Filosofía y práctica de la Soka Gakkai), Vol. 1, Seikyoshimbunsha, Tokio, 1975.

Yamashita, Hajime. Uchimura Kanzo To Makiguchi Tsunesaburo (Kanzo Uchimura y Tsunesaburo Makiguchi), Ushio, marzo de 1996, Ushio Shuppan, Tokio.


NOTA PARA UNA MAS AMPLIA COMPRENSION: INSTRUCCIONES DEL IMPERIO SOBRE LA EDUCACION.

INSTRUCCION IMPERIAL SOBRE LA EDUCACIÓN.

Sabed vosotros, Nuestros Súbditos:

Nuestros Ancestros Imperiales han fundado Nuestro Imperio sobre una base amplia y duradera, y han profunda y firmemente implantado la virtud; Nuestros Súbditos siempre unidos en lealtad y piedad filial de generación en generación, han ilustrado la belleza que hay en ello. Ésta es la gloria del carácter fundamental de Nuestro Imperio, y en él también yace la fuente de Nuestra educación.

Vosotros, Nuestros Súbditos, sean filiales con vuestros padres, cariñosos con vuestros hermanos y hermanas, armoniosos como esposos y esposas, verdaderos amigos, se comportarán con modestia y moderación, extenderán su benevolencia a todos, buscarán el aprendizaje y cultivarán las artes, y así desarrollarán facultades intelectuales y perfectos poderes morales: más aún harán progresar el bien público y promoverán los intereses comunes, respetarán siempre la Constitución y cumplirán con las leyes, de presentarse una emergencia se someterán a sí mismos con valentía al Estado, y así resguardarán y mantendrán la prosperidad de Nuestro Trono Imperial coetáneo con el cielo y la tierra.

Así que vosotros no sólo serán Nuestros buenos y fieles súbditos, sino que harán ilustres las mejores tradiciones de vuestros antepasados. El Camino desde aquí en adelante es por cierto la enseñanza legada por Nuestros Ancestros Imperiales, a ser observada de igual forma por Sus Descendientes y por los súbditos, infalible para todas las edades y verdadera en todos los lugares. Es Nuestro deseo ponerlo en el corazón con toda la reverencia, junto con vosotros, Nuestros súbditos, pudiendo así alcanzar la misma virtud.

El día 30 del 10° mes del 23° año de Meiji

(Signo Manual Imperial. Sello Imperial)